Si. Son sostenidamente rídiculas sus apariciones, suelen venir con la primavera (con su correspondiente alza hormonal) y retirarse antes de que el sopor veraniego termine de hacerse presente. Es un cortejo bobo, pretende ser inocente. Logico, no lo consigue. Camina alegre en zapatillas con ese aspecto de tener un resorte por columna vertebral, y aun, como si este fuera el eje mismo de sus dias. Pendulante y sin sentido. Jura que solo quiere acercarse pero es facil darse cuenta que mi situación actual y lo inhibe y no es para menos. Su fachada de acero se derrite en el sudor de las manos.
Suena el celular y el ya lo sabe. Es el llamado que lo hace volver a casa. La perdida de su madre a una edad tan temprana no dejó mas opción que sustituírla. Baja la mirada para hablar. Al cortar, la levanta para verme. Ese brillo pobre en sus ojos me busca en transgresión. Acarticia mi mano esperando encontrar una cresta punk. Mira el reloj de pared que está a mis espaldas y en silencio se va como vino. Piensa un buen motivo para darse vuelta pero el movil no deja de sonar.